Aquí tienes la tercera clase del curso de cómo ajustar cantidades sin contar calorías, en el que vas a aprender a saber cuánto comer en un día para cubrir adecuadamente tus necesidades.
Uno de los sistemas más utilizados en el mundo del fitness para calcular lo que se come cada día es el llamado método IIFYM.
IIFYM son las siglas en inglés de “If It Fits Your Macros”, que básicamente quiere decir que puedes comer lo que quieras a lo largo del día siempre que se ajuste a las calorías y macronutrientes que previamente has calculado que necesitas para cubrir tus requerimientos.
Pero Miriam ¿este curso no iba de no contar calorías?
Sí, sí, pero precisamente por eso quiero que conozcáis también el extremo opuesto, que se basa exclusivamente en el conteo de calorías, para que entendáis cuáles son los inconvenientes de este método, sus posibles ventajas, en qué situaciones podría tener cierto interés y cuándo no tiene ningún sentido.
Ventajas e inconvenientes del método IIFYM
En esta clase vamos a ver en qué consiste el método IIFYM, cuáles son sus pros y contras, cuándo puede tener algún interés usarlo y en que situaciones no es recomendable.
Aquí tienes la videoclase:
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¿Qué te ha parecido? ¿Conocías este método?
Como hemos visto en la clase, el método IIFYM es un método cuantitativo bastante estricto.
De hecho, aunque se llama también “método flexible”, en mi opinión es el método que menos flexibilidad ofrece, pues te ata a estar midiendo y registrando constantemente lo que comes; o bien a seguir un menú cerrado de manera rigurosa.
Además, el concepto de flexibilidad es muy fácil de malinterpretar, dando a entender que da igual comerse un perrito caliente de 250 Kcal que un plato de verduras con salmón de 250 Kcal. Pero no olvidemos que las calorías teóricas no son lo mismo que las calorías reales, como explico en estos vídeos:
- Calorías que entran y calorías que salen
- ¿Importan las calorías?
- Calorías teóricas vs calorías reales
- ¿Cuándo importan más las calorías?
- Las calorías de las etiquetas
Por otro lado, incluso puede alejarnos de nuestras propias señales de hambre y saciedad, al establecer unas cantidades fijas que tenemos que consumir, tengamos hambre o no.
Es verdad que no son todo desventajas, y hay ciertos aspectos que pueden tener algún interés de este método, e incluso ser necesario en determinadas circunstancias en las que se necesite una gran precisión en el ajuste de requerimientos.
Bueno, pues al final es como todo, lo importante es conocer las características de los diferentes métodos para saber cuál es el que más nos conviene según nuestro contexto.
En la próxima empezaremos a hablar de los planes orientativos que, como ya os adelanté, es uno de mis métodos preferidos porque aúna la mayoría de ventajas de los anteriores minimizando sus inconvenientes. Así que si quieres saber en qué consiste y cómo llevarlo a la práctica ¡nos vemos en la próxima clase!