Aquí te dejo la segunda clase del curso de cómo aumentar el flujo energético, en el que te voy a enseñar paso a paso cómo salir de una situación de flujo energético bajo sin miedo al efecto rebote.
Las dietas excesivamente restrictivas llevadas a cabo durante demasiado tiempo (“estar toda la vida a dieta”) son la causa más frecuente por la cual se llega a un estado de “metabolismo lento” (flujo energético bajo). Aunque cualquier situación (voluntaria o involuntaria) que se acompañe de una restricción de la ingesta puede producirlo.
Como ya vimos en el curso de introducción al flujo energético, en estos casos, se produce una adaptación del flujo energético y cambios en el porcentaje de grasa corporal.
En estas situaciones de flujo energético bajo se puede tener un porcentaje de grasa corporal alto o bajo, en función de si la restricción de la ingesta se produce de manera continua o intermitente.
Y, por otro lado, también hay personas que presentan un flujo energético bajo “desde siempre”, sin haber hecho dietas, sin haber tenido ningún tipo de restricción de la ingesta y sin que se hayan producido adaptaciones en su flujo energético.
Es importante saber en cuál de estas situaciones nos encontramos, porque la actitud, las prioridades y los objetivos serán diferentes en cada una de ellas.
Origen y problemas de los diferentes tipos de flujo energético bajo
En esta clase vamos a analizar los diferentes tipos de flujo energético bajo que podemos encontrar, cuáles son las causas que pueden llevar a estas situaciones, sus consecuencias y los problemas asociados a cada uno de ellos.
Además, veremos que en los casos en los que se han producido adaptaciones del flujo energético, es fundamental aumentar dicho flujo aunque tengamos un porcentaje de grasa corporal normal o bajo.
Aquí tienes la videoclase:
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Como te he contado en el vídeo, un “metabolismo lento” no es exclusivo de personas con sobrepeso u obesidad.
También pueden tener un flujo energético bajo personas normopeso o bajo porcentaje de grasa corporal tras una restricción muy estricta de la ingesta mantenida en el tiempo.
Pero en ambos casos es imprescindible aumentar el flujo energético si se quieren evitar problemas de salud y alcanzar (o mantener sin efecto rebote) un peso y porcentaje de grasa adecuado, de manera sostenible en el tiempo. Podemos considerar este proceso como una especie de “rehabilitación metabólica”, como explicaré con detalle en la próxima clase.
Además, también hemos visto que no todas las personas que tienen un flujo energético bajo es porque hayan hecho dietas a lo largo de su vida, sino que algunas son así desde el nacimiento. Estos casos en realidad son poco frecuentes, no suelen presentar síntomas ni problemas de salud y por lo general no necesitan aumentar su flujo energético de manera prioritaria.
Bueno, como ves estas primeras clases del curso son bastante teóricas pero es necesario aclarar todos estos aspectos antes de meternos con la parte práctica de la estrategia para aumentar el flujo energético.
Espero que te estén resultando interesantes y que te esté quedando todo más o menos claro. ¡Nos vemos en la próxima clase!