
Sacarina, aspartamo, ciclamato, acesulfamo, sucralosa, xilitol, sorbitol, maltitol, erititrol, glucósidos de esteviol… Los edulcorantes son los sustitutos del azúcar más ampliamente utilizados.
¿Pero son saludables? ¿Es seguro su uso? Estas son dudas que nos asaltan frecuentemente mientras echamos la sacarina en el café.
Cuando sustituimos el azúcar por edulcorantes lo hacemos fundamentalmente para disminuir las calorías que ingerimos, o para intentar reducir el consumo de azúcar.
Pueden ser una herramienta útil
La intención de reducir el consumo de azúcar es buena, y el cambio puede tener efectos positivos, siempre que:
- Forme parte de una estrategia para ir mejorando los hábitos de alimentación.
- El objetivo final no sea sólo sustituir el azúcar, sino acostumbrarnos a sabores menos dulces de forma progresiva.
Veamos un ejemplo:
Empezamos a cambiar nuestros hábitos, basando nuestra alimentación en alimentos reales y evitando los productos ultraprocesados. Al principio utilizamos edulcorantes en lugar de azúcar para endulzar de forma puntual el café o el yogur.
En este caso, los edulcorantes serían un paso intermedio o puente. Se consumen en pequeñas cantidades, y su uso se limita a esos alimentos especialmente ácidos o amargos a los que es difícil acostumbrase de golpe. Después, poco a poco el paladar se irá acostumbrado a sabores menos dulces y se necesitará cada vez menos cantidad de edulcorante, hasta poder llegar a prescindir de ellos por completo.
Pero también pueden ser un arma de doble filo
Por otro lado, si creemos que el azúcar es malo por definición, lo fácil es pensar que cualquier sustituto del azúcar es mejor.
En consecuencia, se empieza a sustituir el azúcar por sacarina y a cambiar los productos azucarados por sus versiones sin azúcar añadido, pensando que es una opción más saludable.
Por este motivo, durante los últimos años, han proliferado en el mercado todo tipo de productos ultraprocesados sin azúcar:
- Galletas sin azúcar
- Magdalenas sin azúcar
- Bollicaos sin azúcar
- Chocolatinas sin azúcar
- Yogures y postres lacteos sin azúcar
- Gelatinas sin azúcar
- Helados sin azúcar
- Batidos sin azúcar
Sin embargo, sustituir el azúcar de estos productos por edulcorante tiene más inconvenientes que ventajas:
- Los productos sin azúcar se perciben como más saludables y se consumen con “más tranquilidad”.
- Aumenta mucho la ingesta total de edulcorantes a lo largo del día. Ya no se limita a un poco de sacarina en el café o en el yogur, sino que están presentes en casi todo lo que se come desde el desayuno hasta la cena.
- El paladar se acostumbra a su dulzor artificialmente intenso y rechaza los sabores naturales de los alimentos.
En definitiva, no es buena idea cambiar los productos ultraprocesados por sus versiones SIN AZÚCAR, porque los productos sin azúcar (edulcorados) no son mejores que los productos con azúcar.
¿Pero son seguros?
La realidad es que no hay estudios que demuestren que no son seguros ¿Esto que significa?
Significa que a las dosis a las que habitualmente se consumen no se ha podido comprobar que produzcan toxicidad, que tengan un efecto cancerígeno, ni que produzcan una enfermedad directa a corto plazo en humanos.
¡Pero ojo! Que sean seguros no significa que sean saludables.
El consumo de edulcorantes no es inocuo
Lo que sí se ha podido comprobar en los estudios es que el consumo de edulcorantes se asocia con el desarrollo de enfermedades metabólicas como la diabetes y la obesidad.
También se ha observado que los edulcorantes producen alteraciones en nuestra microbiota(flora intestinal).
Cada vez sabemos más sobre el importante papel que juega esta microbiota en nuestra salud. De hecho, es probable que la propia alteración de la microbiota influya en la ganancia de peso o en el desarrollo de diabetes.
Y que no aporten calorías no quiere decir que “no engorden”
Aunque los edulcorantes no aporten apenas calorías no quiere decir que no contribuyan al aumento de peso.
Porque, como hemos ido viendo en los apartados anteriores:
- Alteran la flora intestinal y pueden conducir a problemas metabólicos y obesidad.
- Somos más “permisivos” y acabamos comiendo más cantidad de los productos que creemos que son más saludable o que tiene menos calorías.
- Su dulzor artificialmente intenso nos mantiene enganchados a productos procesados dulces poco saludables.
En resumen:
No pasa nada si de forma puntual usas edulcorantes para endulzar el café o el yogur en tu camino por mejorar tus hábitos de alimentación.
Pero siempre teniendo en cuenta que:
- Aunque no se haya podido demostrar que no sean seguros, sí que se ha comprobado que no son inocuos: alteran nuestra flora intestinal y pueden favorecer la obesidad y enfermedades metabólicas como la diabetes.
- No son un buen sustituto del azúcar: porque el objetivo no es sustituir el azúcar, sino depender cada vez menos del sabor dulce.
Mi consejo es que, tanto si es azúcar, como miel, edulcorante o cualquier otro endulzante, cuanto menos consumas, mejor.
Y si quieres empezar a reducirlos hoy mismo, aquí te dejo algunos trucos para endulzar el yogur o matar la acidez de las salsas sin necesitarlos.
yo consumo un yogurt de 157g diario endulzado con sucralosa 6,5mg/100g y acesulfame k 5,9mg/100g.esta bien?
Hola Mariana!
Mi recomendación es que intentes probar otras alternativas para endulzar el yogur. Mira, en este artículo te doy un montón de opciones: https://edyal.es/trucos-endulzar-yogur-sin-azucar/
Espero que te resulte útil. Un saludo!
Y por ejemplo endulzar con dátiles entra dentro de esto? O sería inocuo?
Gracias
Hola Begoña! Endulzar con dátiles es una opción mucho mejor, porque a parte de dulzor aportan otros nutrientes interesantes.
Además, si usas los dátiles sólo para endulzar cosas puntualmente como algo de repostería casera ocasional, perfecto.
Si por el contrario usas los dátiles a diario para endulzar y necesitas gran cantidad, sería interesante ir bajando poco a poco la cantidad para “desengancharte” del dulzor o probar con frutas frescas dulces (que son menos dulces).
Si elaboras repostería casera con ellos con demasiada frecuencia, el problema no son los dátiles en sí, sino que la repostería debería ser algo menos frecuente y ocasional.
Espero haberte resuelto la duda.
Un saludo!