
El artículo de hoy va a ser un poco diferente. Voy a describiros brevemente las estrategias que uso yo para poder compatibilizar mi alimentación y la cocina, con mi ritmo de vida.
Os contaré las técnicas culinarias, las herramientas y utensilios básicos de cocina que más utilizo en mi día a día, y que me facilitan mucho las cosas a la hora de cocinar.
Ya sabéis que la salud empieza empieza en la cocina, y que dedicarle un mínimo de tiempo es imprescindible para poder llevar y mantener a largo plazo un estilo de alimentación saludable. Pero esto no significa que haya que pasarse horas y horas metido en la cocina. Aunque si todavía ni la has pisado, te recomiendo empezar con unas nociones básicas de cocina saludable.
Yo, igual que casi todo el mundo, tengo que repartir mi tiempo entre el trabajo y las mil tareas diarias. Por eso le doy tanta importancia a optimizar y minimizar el tiempo que invierto en mi alimentación. Y para poder conseguirlo creo que hay tres cosas fundamentales:
1- La planificación y organización de las comidas de la semana:
Tener diseñado un menú y saber de antemano lo que vas a comer durante la semana, además de ayudarte a llevar una alimentación más variada y completa, te da mucha tranquilidad y te permite organizarte mucho mejor.
Yo, con la experiencia a lo largo de estos años, he ido desarrollando una metodología que me permite ahorrar mucho tiempo, estrés y dinero, como os explico en el curso de Planificación de Menús Semanales.
2- Tener un pequeño repertorio de recetas que hagas hasta con los ojos cerrados:
Para esto únicamente necesitas unas nociones básicas de cocina y mucha práctica.
Cuando haces una receta, y la repites una y otra vez, acabas adquiriendo mucha agilidad a la hora de prepararla. Cada vez tardas menos y te acaba saliendo sola, casi de forma automática.
Ese es mi único secreto. Repetir y repetir hasta que al final, gracias a la práctica, soy capaz de preparar platos ricos, saludables y en tiempo record. Muchas veces adaptando a mis necesidades algunas técnicas culinarias y preparaciones demasiado lentas, para conseguir que sean menos elaboradas pero igual de ricas, y así poder integrarlas en mi ocupada vida.
En cuanto a las técnicas que más utilizo yo en la cocina, por lo prácticas que me resultan y lo bien que encajan en mi ritmo de vida, son:
- Guisos en olla rápida
- Estofados en olla lenta
- Salteados en el wok y revueltos
- Patatas, tubérculos y algunas verduras en el microondas, que luego utilizo por ejemplo para tortillas.
- Carnes, pescados y verduras a la plancha
- Verduras al vapor
- Asados en el horno (sobre todo pescados)
3- Disponer de utensilios que te faciliten la vida y te ahorren tiempo en la cocina:
Para terminar, os voy hacer un pequeño comentario de los cacharros y electrodomésticos que utilizo en mi día a día para cocinar y que son mi ayuda básica en la cocina. Sobre todo me centraré en aquellas características que, desde mi punto de vista y mi experiencia, creo que merece la pena resaltar. No es una review ni publicidad pagada por ninguna marca, por lo que tampoco voy a analizarlos detallada y exhaustivamente.
Voy a poner las fotos y enlaces de los que yo utilizo (porque me lo habéis pedido en repetidas ocasiones); Pero no significa que sean mejores ni peores que otros similares que se puedan comprar. En su momento, cuando los compré, los elegí por algún motivo concreto (o no), ya fuera el precio, las valoraciones, los consejos de otros usuarios, una buena experiencia con la marca… y de momento, hasta la fecha, no me arrepiento de la elección.
Olla rápida, a presión o express
Aunque se pueden encontrar con los tres nombres, hacen referencia al mismo tipo de olla.
La característica principal es que cocina a una presión mayor que la atmosférica, y eso permite acortar los tiempos de cocción.
La ventaja, a aparte del ahorro de tiempo y electricidad, es que también conservan mejor los nutrientes como expliqué en el artículo sobre la mejor manera de cocinar los alimentos.
Es verdad es que si no has utilizado nunca una olla a presión puede que te genere respeto. En mi caso, como llevo toda la vida viendo a mi madre cocinar con ella, no le tengo miedo. En realidad es muy segura, siempre que se utilice de un modo correcto y se sigan las instrucciones.
Para mi, es una de las herramientas más prácticas y útiles que tengo en la cocina. Me permite dejar solucionadas muchas comidas en 10 minutos. Incluso si se me ha olvidado descongelar la carne, por ejemplo, puedo añadirla directamente congelada y con unos minutos más tengo el guiso igual de bueno.
Yo sobre todo la utilizo para hacer guisos de pollo, pavo, ternera, cerdo, conejo… arroces, caldos y cremas de verduras. Pero se puede usar para muchas otras cosas, e incluso para hacer flanes.
Anteriormente, mi madre tuvo una Duromatic durante más de 20 años. Hoy en día se encuentran en cualquier sitio modelos de diferentes precios y calidades. La que tengo actualmente me la regalaron, aunque no creo que aguante tanto como la de mi madre…
Y si te interesa aprender a usar este tipo de ollas de manera segura y sacarle partido ahorrando tiempo cocinando recetas muy ricas y fáciles, puedes echarle un vistazo al curso de olla a presión.
Olla de cocción lenta (slow cooker)
Este tipo de olla ha sido una de mis adquisiciones más recientes de los últimos años. Y aunque aún voy descubriendo poco a poco todo su potencial… ¡No me arrepiento de haberla incorporado a mis básicos de cocina!
Se trata de un tipo de olla que cocina a baja temperatura durante muchas horas (6 horas, 8 horas, 12 horas… dependiendo del plato). ¡Pero tranquil@s! No hay que dejarla en el fuego durante todo ese tiempo, porque se trata de una olla eléctrica que va enchufada a la corriente y que se deja programada.
Lo bueno es que cocina ella sola, sin tener que vigilarla o prestarle atención. Esa es una de sus principales ventajas. Además, no hace falta tener ningún tipo de dote culinaria, y encima te ahorra mucho tiempo.
La preparación de los platos no requieren más de 5 minutos. Unicamente lo que tardas en lavar y pelar las verduras y meter los ingredientes en la olla. Después sólo hay que poner la tapa, programar el tipo de cocinado (low o high) y el tiempo… ¡Y ya te olvidas de ella hasta que está lista la comida!
¡Ah! Y no os preocupéis por el consumo eléctrico de esta olla porque el consumo es muy bajito. Unas 8 horas de esta olla gasta aproximadamente lo mismo que unos 45 minutos de vitrocerámica.
Yo suelo utilizarla para cocinar legumbres, cereales enteros (avena en grano duro) y carnes de todo tipo que se quedan tan tiernas que se deshilachan. Es especial para las carnes “duras” con mucho colágeno (estofado de carrilleras, pulled pork con cabeza de lomo), asados, caldos de huesos… Pero tiene infinitas posibilidades más que aún estoy descubriendo.
Aunque la más famosilla, y la que yo tengo, es la Crock Pot, existen otras ollas lentas de diferentes marcas, tamaños y precios según las necesidades de cada uno.
Y si te interesa aprender a usar este tipo de ollas para preparar recetas espectaculares con el mínimo esfuerzo, a la vez que ahorras tiempo, energía y dinero, échale un vistazo al curso de olla lenta.
Sartenes y wok
Yo llevo utilizando las mismas sartenes desde hace años y mantienen la antiadherencia durante años.
Sobre todo las utilizo para hacer salteados y revueltos, por lo que no suelo someterlas a las altas temperaturas de las frituras, y eso ayuda a que duren más.
Si utilizáis palas de madera y las guardáis apiladas con unos protectores también aguantarán más tiempo como nuevas.
En cuanto a la limpieza, yo personalmente las meto al lavavajillas y evito frotarlas a mano. En mi experiencia se estropean menos de esta manera.
Microondas
Pese a la mala fama que ha tenido en algunos momentos de la historia, en realidad el microondas es una herramienta estupenda para ahorrar tiempo cocinando, y evitar calorías innecesarias si lo usamos en lugar de freír patatas o verduras.
Además, bien utilizado, no produce pérdidas mayores de nutrientes que otras técnicas de cocinado. Y, a día de hoy, no se ha demostrado que su uso sea perjudicial, o que sus ondas sean peligrosas o nocivas para la salud.
Yo utilizo el mío para cosas bastante concretas y puntuales. Por ejemplo, para cocinar patatas y boniatos enteros, en bastones o en dados para hacer tortilla. De esta manera puedo utilizar mucho menos aceite. También lo uso para pre-cocinar algunas verduras que luego termino salteando en la sartén. Y para hacer espaguetis de calabacín, couscous de brócoli o coliflor, o cocinar berenjenas enteras para hacer una crema.
En el curso de ideas con el microondas puedes encontrar muchas cosas más que te permitirán ahorrar tiempo en el día a día.
Plancha (para vitrocerámica)
Este tipo de plancha se pone directamente sobre la vitrocerámica; es decir, no lleva cables. Por lo tanto se puede meter al lavavajillas, lo cual es una interesante ventaja.
También ocupa poco espacio a la hora de almacenarla. Lo malo, como el resto de planchas, es que el recubrimiento antiadherente se acaba perdiendo más pronto que tarde debido a las altas temperaturas que alcanza.
Yo la uso sobre todo para hacer carnes, pescados y verduras a la plancha cuando quiero una comida o cena rápidas.
Vaporera
Para cocinar al vapor no utilizo nada sofisticado ni ningún aparato especial.
Únicamente uso esta sencilla pieza de acero inoxidable, que se adapta a todo tipo de ollas y a la cantidad de alimento que se quiera.
Además se guarda en cualquier sitio sin casi ocupar espacio (¿dentro de una olla?), es duradera (¿eterna?), y se puede meter al lavavajillas porque lo que es muy fácil de limpiar.
Sobre todo cocino al vapor verduras como el brócoli, la coliflor y la zanahoria… ¡¡Ah, y los mejillones!!
Otro cacharros que me facilitan la vida en la cocina:
- Procesadora de alimentos:
Si seguís un poco mis recetas habréis visto que utilizo muchísimo este cacharro.
Creo que en su momento fue el electrodoméstico que más me costó elegir. Existen mil modelos, con mil funciones, mil piezas y accesorios… Y no sabía si realmente le iba a sacar partido a todo.
Al final me acabé decidiendo por una procesadora de Philips porque me pareció que tenía buena relación calidad-precio y que le iba a dar uso a casi todos sus accesorios (yo tengo una versión anterior que ya no venden porque la compré hace más de 5 años). También hay opciones con menos accesorios (y un poco más económicas) como este otro procesador que también tiene buena pinta (pero no lo he probado).
Otra opción es una batidora de mano con accesorios multifunción que puede hacernos el mismo papel, salvo en la parte de rallador.
Yo la utilizo para:
- Cortar y rallar verduras: tanto para ensalada como para saltearlas. Por ejemplo zanahoria, cebolla, pepino, col, lombarda…
- Hacer todo tipo de purés, cremas y batidos de verduras (frías y calientes) en el vaso americano.
- Picar carne para hacer hamburguesas o albóndigas caseras.
- Hacer helados picando fruta congelada.
- Hacer crema de frutos secos o masas de repostería.
- También uso el vaso pequeño de la picadora cuando quiero picar pequeñas cantidades, moler especias o hacer salsas y aliños.
En general se limpia fácil, se pueden meter los accesorios al lavavajillas… La base es pequeña y no ocupa nada. Pero el principal problema es buscarle un hueco cómodo en un armario a todas las demás piezas y accesorios que trae.
- Pelador de verduras:
Otro imprescindible en mi cocina. Fundamental para pelar rápida y cómodamente patatas y verduras, con el mínimo desperdicio.
También lo uso para hacer virutas o laminillas de verduras o de queso para decorar.
Éste que tengo yo va camino de los 8 años y sigue afilado y cortando como el primer día. Y esta otra versión también es estupenda.
- Espiralizador de verduras:
Aunque no lo considero como un utensilio imprescindible ni mucho menos, lo he incluido porque si te gustan los espaguetis de verduras, y los comes con frecuencia, es la forma más barata de comerlos.
Si tenemos en cuenta que los espaguetis de calabacín o calabaza que venden ya hechos en el supermercado tienen un precio de unos 7€ por kilo (mientras que el calabacín fresco suele estar a 1,5€ el kilo), amortizaremos pronto el cacharro. Además, hacer los espaguetis al momento de comerlos hace que estén mucho más frescos y conserven mejor todos sus nutrientes.
Cuando compré el mío pensaba que iba a ser demasiado grande y un trasto, pero en realidad no es tan armatoste. Además, se pueden guardar todas las piezas en el bloque sin que quede nada suelto. Es muy cómodo y sencillo de usar, es rápido, se limpia fácil y aprovecha bastante bien las verduras.
Aunque si hoy tuviera que buscar otro, me inclinaría por uno más económico y que ocupe menos espacio como este espiralizador compacto.
Bueno, espero que os haya resultado útil este artículo, un poco diferente a lo habitual, fundamentalmente práctico y basado en mi experiencia personal.
Mi objetivo es daros ideas y recursos para que encontréis la forma de cocinar que mejor se adapte a vuestra situación, a vuestras necesidades y a vuestro tiempo disponible.
Muchas gracias por este articulo. Llevo un mes mirando procesadores de cocina (Philips, Bosh, Kenwood)y la verdad en uno de tus videos he visto el de Philips y no estaba 100% segura.
Yo para hacer espaguetis de calabacín uso el pelapatatas (quedan como tallarines) y luego el corazón del calabacín se lo echo a la salsa o lo dejo para otra receta.
Gracias a ti!
Lo del pelapatatas es muy buen truco! Yo lo uso para la zanahoria, y para hacer tiras gordas para canelones de calabacín 😀
Un abrazo!